He aquí el segundo capítulo de la historia de Jacaranda y Mayúscula, rimbombante pseudo historieta de quienes habiendo siendo dueños de sí mismos, terminaron siendo sirvientes de ortopédicos deseos del tipo cérvico-seminífero
Segundo mes del año 3113, Ferbuaro, Jacaranda, inhiesta solicita solsticio explicativo a M. Éste no sabía lo que se le vendría ni como acabaría…
Debo decirle a usted que es un "descriteriado" o un "mentiroso" de los grandes, de esos que juegan en las olimpiadas de la vida y llegan a la meta gracias a las debilidades de los otros. No se si su visión de las cosas le permita desprenderse de su vanagloriada vanidad y ver.
Después de nuestro último encuentro traje a casa sus palabras, sus miradas, su respiración, sus movimientos y su risa, esa mueca absurda que permanece en mi memoria. No he logrado conciliar el sueño sin que su mirada me acompañe hasta altas horas de la madrugada, no he logrado digerir alimento alguno sin que mi estómago lo rechace fuertemente al nuevamente aparecer su figura dibujada entre los granos de arroz, no he logrado retomar las palabras de Saramago que tanto anhelaba sin que las palabras de su boca señor, salten bruscamente del entrelineas y me escupan el rostro. Hoy aún no logro desprenderme del abrazo de las sabanas azules y su tenue desesperación, invento excusas en casa para que dejen de inmiscuirse en mi delicada soledad. Me siento enferma, un estado febril me habla de traición y poca cordura, el dolor en el bajo vientre me colma el deseo y la premura. Es usted muy osado déjeme decirlo, déjeme decirle también que sus caretas se rompen ante mi honestidad pero se refuerzan ante su mentira. Hasta cuando señor, Mayúscula, bien sabe que no pertenezco a este mundo ni a ese mundo que usted dibuja desde una ventana abierta al vacío. Ante las circunstancias he decidido salir por unos días, partir hacia un rumbo que quizás tarde meses o la vida entera en
reconocer, no me importa. No espero que lo entienda, no espero nada esa es la verdad
Segundo mes del año 3113, Ferbuaro, Mayúscula en evidente estado de sementalización respondía con ahínco en busca del honor quijotesco perdido y por el que se le reprochaba con desdén desde el Edén…
Me parece que ha habido, y aún permanecen en su
cabeza, ciertos pensamientos de los que he de
hacerme cargo en estas líneas.
Lo primero es señalar que si han quedado en su
mente imágenes de mi persona ello no se debe a
supuestas olimpiadas de vida, ni a competencias
en las que mi simple “vanidad” me haga acreedor
al oro. Lejos de aquello, las razones son otras y
no me haré cargo de ellas pues obedecen a las
constricciones de pistilos y estambres que
sinápticamente formulan y generan sus
pensamientos. Esto no significa que no intuya o
presienta las razones que los expliquen,
solamente, no me haré cargo.
Recuerdo haber señalado el sábado, clara y
abiertamente, que si bien abría en ese momento
mis pensamientos a su persona, corría riesgos. Y
vaya cuanto valen mis palabras, que ciertas y
certeras, no sólo eran premonitorias, sino mera
realidad.
Lamento que a estas alturas del camino sea yo
quien reciba epítetos y calificativos viles y
ruines como el de “mentiroso” “carente de
cordura” y “traidor”. Déjeme decirle que no lo
soy, y déme licencias para extenderme, es
menester.
Quiero aclarar, que si mentir es decirle qué soy,
que es lo que hago, con quien, cuantas, como lo
hago y cuales son mis aprensiones, ello no es
resorte de mentira sino de sinceridad. Luego, si
en ese proceso y contexto desnudo ante UD las que
son mis actitudes, ello no se debe a otra cosa
que a la confianza, respeto, cariño y
consideración que le profeso y siempre he de
sostener. El que yo vea más allá de las
declaraciones de mis interlocutores no es
problema, es circunstancia, es realidad. Si he
tomado ventaja de ello alguna vez en la vida,
permítame decirle que en este momento, y como ya
le dije, dibujo una línea en el suelo y espero
que lance UD la primera piedra. ¿Acaso entre
gitanos se ve la suerte? ¿De qué me habla? ¿Qué
me quiere decir? Si he señalado algo respecto de
su vida que le duela, bueno lamento la certeza
del lanzamiento, pero no busqué, ni busco el
dolor de su alma, ni menos en su vida. No me haga
sentir, Jacaranda, que me he equivocado con UD,
pues siento que no tiene que ser así.
Sin embargo, con la misma convicción con la que
según UD mi traición y poca cordura la llevan a
la realidad de mi mentira, debo decirle que se
equivoca, que se confunde y que esperaba que su
honestidad le hiciere ver las cosas de manera
diversa. Y constato que me equivoqué. Ello es así
porque para UD, déjeme decirle, no dibujo en
estos momentos ventana alguna hacia donde esté el
camino de mi vida, y si alguna vez tuve esa
intención, bien sabe que preferí la retirada
sobre el desdén y desprecio que sus palabras me
profesan hoy, pues sabía que si en ese momento lo
hacía no tendríamos nada de lo que hoy atesoramos
y creo debemos mantener. No quiero, ni he querido
herir ni sacrificar el tesoro de la verdad y
encuentro que nuestras almas generan cada día,
pura y abiertamente en torno a la amistad. Mis
heridas, mi intuición me hicieron comprender que
más vale su amistad y mi incondicionalidad hacia
UD, que el deseo vano, profano y carente de
arcano. Y así, hemos llegado a este sábado, en
ese contexto, al que me aferro por sobre todo,
pues la carne no me rige, mas si la razón y la
cordura.
Sabe perfectamente Jacaranda, que su coquetería,
perfume, y sinapsis son fuego que quema
incontrolablemente. Si es así, ¿porque juega como
oveja lanuda en galpón durante tiempo de esquila?
En mí siempre tendrá las licencias que toda
natural como apasionada expresión suya requiera.
Yo no le pongo límites, y tampoco creo ilusiones
que por su falta de sustrato, se transformen en
mentiras. Ni hoy, ni mañana. Nunca. ¿De qué
traición debo hacerme cargo? ¿Qué clase de
surrealismo mental delirante habría hacerme
traicionar cada una de las palabras que le he
dicho y más aún, cada una de las cosas que NO he
hecho? Claramente UD, Jacaranda, es dueña de su
juego, de sus convicciones. Pero NO soy Brutus en
las escaleras del Senado, ni Judas entre olivos.
Paradojalmente soy para UD, bien lo sabe,
tentación, manzana, hombre. Mas no traidor. Si
alguien pierde la cordura para el contexto no soy
precisamente yo. Y como malamente he podido
perder cordura, traición, durísima palabra, que
desde sus labios a mí va dirigida, no existe, ni
habrá. Simplemente traiciona UD el terreno fértil
de honestidad en el siempre hemos cultivado
nuestra amistad. Cada una de las letras que
escribió, me descolocan.
Si fui coqueto, lo he sido siempre (tal como UD
conmigo); si fui sincero al contarle mi aprensión
y realidad, lo hice por ser ello la constante
entre nosotros (tal como UD lo hace siempre).
Haberlo hecho siempre así, más que hacerme o
procurarme estabilidad y bien, me desbalancea y
pone el punto débil. Déjeme decirle que lo hice
siempre así pues mi interlocutora ha sido UD, en
quien confío, pongo oídos y no otra. Sólo a UD me
he entregado. No está UD en el saco de aquellas
que simplemente pasan por la vida como postes de
luz; UD está en el que para mí es lugar sagrado:
la amistad. Se ha equivocado rotunda y
contundentemente. Cae en error y no ve más allá
que las palabras y su deseo. Pues bien, déjeme
decirle nuevamente que si algo me caracteriza,
contrariamente a la locura, es la sensatez de no
meterme en su vida y decisiones; me caracteriza
la adopción de la convicción y validez de cada
una de sus palabras, que deposito siempre en un
terreno de verdad. Finalmente, no soy Iscariote,
no lo soy. No dibujo ventanas de luz hacia la
nada pues no busco el todo y la nada y no siento
que valga la pena dibujar para nadie. Baste decir
por ahora, que no busco porque no es mi momento.
Si quiere UD que yo dibuje, bueno, ese es otro
tema y no tendría miedo de dibujar para UD. Ha
dicho UD, “te haré ver”. Bueno, veamos, mas no
así, pues no lo merecemos, no lo merezco.
El que soy para UD, lo sabe UD, no yo. Ni quiero
saberlo en este minuto tampoco.
Termino diciendo que la sigo queriendo como
siempre, que no debe decirme a mí que va a volar,
pues le he dicho hasta el cansancio que vuele sin
parar. Si UD quiere dibujar ventanas, hágalo,
pero no pretenda explicar qué he dibujado y qué
no. Si quiere más de mí, ese es otro tema y debe
saber que si quiero más de UD, será la primera en
saberlo. ¿Acaso debemos darnos mutuas
explicaciones cuando ya hemos recorrido muslos,
piel, carne, labios cuerpos y esencias, cuando
hemos probado el sabor de la piel?
Le pido no hable desde el desdén y despecho que
las situaciones cotidianas puedan generarle,
Jacaranda. Hábleme como siempre, pues no existe
en mí sino el terreno fértil en que UD ha de ser
la que quiera.
Ya basta y me despojo de sus palabras, conceptos
e inquietudes que me hieren sin razón. Sepa que
éstas, no he de guardar. Sepa que me quedo con lo
que ha sido siempre nuestro y de nadie más:
amistad, amor. Sepa que olvido lo que ha dicho y
que si quiere hablarme, como siempre, estaré.
Sepa, que como UD, yo tampoco, sé.