Sobre la muerte de un macho al servicio de la indolencia y lo inherte de Penny, pampa-desierto hecha hermosa carne y piel

Penny no ha respondido a Bond quien clama por nuevos estadios, nuevas instancias. Pero lo hace pensado en una indolente hembra que se asemeja a una pampa que no responde ante la inclemencia de su inmensidad. Pobre Bond, muere y quiere resucitar. Pobre pues no sabe a qué ha de resucitar…

"Lo más increíble es que cada vez que tengo un minuto te me metes a la cabeza y no te saco de ahí hasta que te escribo algo.

Siento que tengo que hacerlo porque tengo la convicción que me dice que lo que no se hace o intenta en la vida, no se consigue. Yo lo he intentado todo, he luchado por todo y contra todo y no quiero pensar que en tu caso no me la jugué.

Cada día que pasa siento que te pierdo y que no hay remedio y la situación se me hace difícil. No sabes como quiero intervenir en tu vida y hacerte feliz sin alterar tu ritmo y que me incluyas como un elemento más. Que complicación, pero entiendo que si ha de ser será y si no lo es un día, bueno he de asumir.

No se trata de cantidad, jamás, sino de calidad. Eso significa asumir costos en pos de un bien superior, aceptando la naturaleza del otro y queriendo cada uno de los momentos que se compartan tal y como son y vienen.

Yo estoy agotado de este tema, me agota siquiera pensar en partir de cero. La edad, la madurez, los años, me hacen pensar que no hay mejor base para intentar: te conozco, me conoces y nos aceptamos. Si somos grandes amigos y sabemos que el amor no es juego y que es labor de día a día, no se porqué buscar más allá de tu ser y figura alguien con quien estar. No tengo tiempo ni ganas para el sacrificio. Pero, paradojalmente, estoy cansado, me agoto y me satisface la soledad, ciertamente como a ti. Es tan fácil todo, solo, sin responderle a nadie, siendo libre de hacer, o no, lo que se venga a la cabeza. Tan fácil.

He dicho y asumido tantas veces, en mis dudas, que no tengo problema en estar y seguir así, solo, disfrutando de cada oferta, como una que muere una vez ejercida. Sería y es tan cómodo.

Pero no, vuelvo a ti y a tu idea, es decir a mi idea de ti, a la idea preciosa que es lo que puede ser lo nuestro y caigo, flaquean las piernas y me hiere esta soledad atesorada. Duele el saberme lejos de ti, para simplemente estar cuando me quieras, para al menos ser el hombro en que te apoyas sin decir palabra alguna. Presiento que, para ambos, es posible saber que estando, basta. Lo demás es y sería un regalo… bienvenido sería.

Tengo que decir que es admirable tu carácter, la entereza con la que vives, la forma en que asumes a los tuyos y les das efectivamente lo mejor.

Tienes la mayor de las fuerzas que en una mujer he visto. Devoción, compromiso, responsabilidad y coraje son virtudes que me trastornan. Pero no sé como vives día a día sin ese calor que no te da la familia y amigos. Tengo tantas ganas de protegerte, cuidarte, velar por ti. Hacerte saber en los hechos que estoy, que soy para ti. No soy machista, pero me enterneces en mi condición de macho y surgen ideas de darte y compartir tantas cosas que entiendo no tengo, ni tienes y que en pareja se viven de manera diferente.

Patético mi ser que escribe y no hace nada. No contengo las ganas y le temo al rechazo en medidas indescriptibles. Te prefiero así que no tenerte. Cobarde e insulso.

Pero debes saber que estoy acumulando fuerzas y que ya no tolero esta vida sin siquiera decir, bueno, me la jugué, en la cancha perdí, me entregué entero y nos generé una oportunidad. Triste más que nada, triste mi ser. Perdona mi torpeza, pero he olvidado como se hace para querer de verdad y mi dolor pasado me constriñe terriblemente. Siento que la necesidad de entregarme a ti acaba esa con esa constricción. Y siento tanto que prefiero liberar a ahogarme en soledad con mis propias emociones y sentimientos.

Hoy me dueles, pero lo haces en el lugar más dulce donde es capaz el dolor de anidarse, en mi corazón. Te confieso que es un dulce dolor tu idea, y la quiero como mi calvario que recien comienza y muere. Sé que al calvario sigue la resurrección y me llamo a ella, a resucitar al hombre pleno que yace dormido, y que tú, sin saberlo, despiertas y llamas."