Un CAFE Con Enrique VIII, O'Higgins y Jagger

No es sencillo explicar como a cada uno de nosotros puede afectarnos Londres. Creo que todos quienes hemos visitado la capital inglesa quedamos impregnados de una atmósfera tan increíble como única que nos hace imposible definirla u otorgarle un simple calificativo. ¿Cómo definir, Camden Town y Camdem Market, Soho, Picadilly Circus, Oxford Street, The West End, Chelsea, Kensington, High Ken, Richmond, Wimbledon o Trafalgar Square? Simplemente, eclécticos.

Londres es una ciudad donde todos encontraremos un espacio y veremos reflejados nuestros gustos e intereses. Sin embargo este carácter ecléctico de Londres se produce, aunque parezca una paradoja, a consecuencia del un carácter propio, diferente a otras capitales europeas, pero llena de un espíritu, tradiciones, valores e idiosincrasia únicos.

A la Capital Inglesa llegan visitantes de todos los lugares; gente cuyas respectivas culturas encuentran en Londres un espacio que las acoge transitoria o permanentemente. Recorrer las calles de Londres es recorrer el mundo y observar como las diferentes personas conviven tan armoniosamente que más que ser la capital Inglesa, Londres es casi una capital del mundo.

Algunos hemos tenido la posibilidad de estudiar y trabajar en esta ciudad e involucrarnos con la cultura Inglesa. Al hacerlo no sólo hemos formado parte de Londres, sino que ineludiblemente nos hemos hecho ciudadanos del Mundo. Recorriendo China Town, cerca de Soho, queda claro como Londres acepta abiertamente a culturas y tradiciones que se expresan libremente, recibiendo a cambio aromas, sabores, colores, texturas y personas que no hacen sino enriquecerla. Siempre agradeceré el que me haya aceptado a mi.

Si digo que Londres es en sí misma un universo maravilloso no me equivoco. Sus museos, barrios, arquitectura, cada una de las casas que caracterizan a sus barrios y su gente son fantásticos, diversos y especiales. Recorriendo Notting Hill y su feria abierta no solamente seremos testigos de la quintaesencia de Londres sino de su historia, tradiciones, su cultura popular, el carácter de su gente, sus gustos y esa enorme convicción y orgullo que les produce a estos últimos el saberse Londinenses. Lo mismo ocurre con Camden Market, Soho y con Richmond, que habiendo recibido a Bernardo O´Higgins el siglo XIX, continua hasta hoy guardando los secretos, añoranzas y antigüas andanzas de Enrique VIII, mientras se muestra llena de vida y belleza a todos quienes recorren sus calles. No tengo que explicar mi sorpresa e incredulidad cuando al café a orillas del Támesis en Richmond llegó Mick Jagger y su hija Bianca para tomar un Latte mientras observaban la competencia de remo que frente a nosotros tenía lugar. Sólo en Londres, O´Higgins, Enrique VIII y Mick Jagger me harían disfrutar del mejor Capuchino Vento de mi vida.

Los Londinenses por su parte se expresan de manera única. Su carácter y humor resultan maravillosos. Habiendo vivido con ellos fue posible ver como en cada Pub se da rienda suelta a una forma de ser efusiva, sin complejos y ajena a todo carácter flemático que preconcepciones pudieran darnos de esta gente. Natural y obvio resulta conocer a dos, tres o cuatro personas que en un Pub, y al fragor de una deliciosa Pint (medio Litro de Cerveza) son capaces de relatarnos sus vidas y experiencias. No hay instancia más rica que aquella y sin duda es lo que hace volver una y otra vez a esta ciudad.

Pero no todo ocurre en Pubs. los Parques de Londres, Hyde Park, Green Park y Hamstead Heath entre tantos otros, reflejan ese afán de disfrutar de la naturaleza y del aire libre que aleja de la vorágine propia de esta capital del mundo a sus habitantes. Cada domingo, preferentemente en verano, cada uno de estos parques se repletan de personas, amigos, deportistas, parejas y familias que ven en estos sitios un escape y lugar de encuentro.

No dude jamás respecto de una invitación a pasar una tarde en el parque o de caminar recorriendo la ciudad. Si tiene suerte encontrará un lugar donde sentarse, un banco de madera y fierro forjado, con una vista maravillosa de Green Park, donde podrá saborear ese exquisito Sandwich de Srimps and Avocado, mientras los cisnes de la laguna y las ardillas de los árboles que le rodearán, le contarán sobre la inscripción en el respaldo de su asiento: In Loving memory of Mildred and Harold, loving wife & loving husband, from their children, Portia & William, 1952. Desde ahí, simplemente disfrute, que esta ecléctica y multicultural ciudad tiene para UD, y sólo para UD, una historia especial, de la que podrá escribir una y mil veces cada vez que la visite.